Bueno mamá ¿Me cuentas ya lo del tipo
ese?
El
de interés
Sí, sí, ese, el euribor
Pues
tengo que remontarme a un poco antes de que tu nacieras. Corría el final de la
década de los noventa cuando nuestros vecinos europeos más “chic” fijaron el
tipo de cambio irrevocable -que adjetivo tan irónico en los tiempos que corren-
de la peseta frente al euro: 166,386, ¡Que no se nos olvide! Por si las moscas
o los “hombres de negro” deciden que volvamos a la “pela”.
Los
tipos de interés de la, por el momento, extinta peseta, eran mucho más elevados
en todos los plazos que los que nos correspondían con el nuevo y seductor euro.
Así, el MIBOR -Madrid InterBank Offered Rate- a un año era la referencia de
moda entre las hipotecas que se firmaron a tipo variable hasta el año 1999, en
Francia tenían su PIBOR y en Alemania el FIBOR que, como casi todos los
vocablos económicos de este país, se pronuncia parecido a Führer, aunque
todavía no es necesario levantar la mano cuando se escucha. Todo se andará…
porque la señora Merkel apunta maneras.
Mamá, céntrate, que no tenemos todo el
día y todavía no me he enterado de que va el tipo ese
Vale,
vale iré al grano. El 1 de enero de 1999 nació el todopoderoso EURIBOR -Euro
Interbank Offered Rate- aunque con cierto complejo de inferioridad dado su
menor nivel respecto a los tipos anteriores, especialmente, los españoles,
portugueses o italianos, los latinos en una palabra. Recuerdo que en esa época
Alan Greenspan presidía la Reserva Federal
y se alzaba con el título de gestor de “la década prodigiosa” mientras cruzaba
los semáforos en rojo. ¡Qué tiempo tan feliz! Todo eran buenos augurios y el
exceso de liquidez inundaba los mercados, pero cómo llegamos desde allí hasta
aquí será objeto de un próximo post.
¿Cruzaba en rojo y era Presidente? ¡Qué
morro! Y yo dos años estudiando Ciudadanía ..
Hija, volvamos a nuestro manido euribor, primero hay que empezar por entender como se forma. El dato
final, ese porcentaje mágico que impregna el mundo hipotecario y determina si
las familias podemos llegar a fin de mes, no es más que el resultado de promediar
los tipos de interés a los que se prestan los bancos entre sí en el denominado
mercado interbancario del euro. Que hay buen rollito y nos fiamos los unos de
los otros, pues el euribor baja, y si empiezan las desconfianzas, pues sube o
repunta -como gusta decir a los financieros-.
Vale, entonces ¿Porque ahora baja el
euribor cuando nadie se fía de nadie y mucho menos de un banco?
Pues
por la intervención del Banco Central Europeo, que les presta dinero sin
límites (barra libre de liquidez) a un tipo muy bajo que es el tipo oficial o
tipo de intervención.
Hoy
mi hija tiene fiesta de fin de curso, así que se marcha tarareando alguno de
los últimos éxitos de Katy Perry sin insistir el tema. ¡Malo! Esta noche
seguirá preguntando.
Por
cierto, que sigue bajando el euribor, y mi hipoteca no tiene suelo, así que me
voy a celebrarlo con alguna de mis sabias amistades y con unos gin tonic aderezados
con toneladas de hielo que nos permitan sobrevivir a los 40 grados a la sombra.
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